La cueva del toro su leyenda

(18 feb 2016) Leyenda de Morelia, Michoacán. En la antigüedad cuando los españoles conquistaron México en una loma de Morelia se ubicaba la vivienda de la hacienda “Del Zapote” llamado así por un viejo y frondoso árbol que ahí se encontraba. Ahora solo existen ruinas que son los restos de la casa, el tiempo y el abandono lo cubrió de maleza, los muros esos montones de piedras ya crecen nopaleras, ahí viven serpientes, lagartijas.

Entre los escombros esta una boca de la cueva

La otra se cuenta que se abría en un cuarto secreto de la casa, para que se comunicaran los de afuera y los de adentro sin ser vistos. Cuentan; que es muy antigua esa gruta como la hacienda, fue hecho por los monederos falsos que hacían pesos de cobre. Otros cuentan, que por las bocas de la cueva entraban y salían los monederos sin que nadie los viera y los denunciaran.

En la ruinas de la hacienda cuando cae la noche se oyen ruido de cadenas

En las ruinas, cuanto caía la noche se veían en  movimiento, luces de un cuarto a otro en rendijas de las ventanas, se escuchan golpes de martillo, mucho ruidos de cadenas que asusta al más valiente.

Los que se han atrevido acechar por los agujeros del portón de esa casa en ruinas dicen;  ven procesiones de esqueletos y sus calaveras hacen muecas terribles en sus huesudas manos cirios negros encendidos, que cuando llegan al patio se pelean unos con otros apagándose las velas en las cuencas de los ojos, daban alaridos y carcajadas a mandíbula abierta.

La oscura cueva estaba custodiada por un toro bravo que bramaba y acometía feroz si alguien separaba la maleza que tapaba el paso.

Supo el gobierno del rey  que en aquellas ruinas se fabricaba moneda falsa, se presentaron los alguaciles, y se defendieron con armas los monederos  y murieron atravesados por balas quedando los cadáveres, para que los coman los zopilotes.

La leyenda cuenta – “Ahora en la noche cuando el silencio cubre los campos, en ese lugar se oyen quejidos lastimeros, mugidos lejanos que asustan, sonido de palos que chocan. Hoy,  ya desapareció las ruinas solo queda la cueva  que se oye  el bramido del toro y no se ve”.

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

Fuentes de información

1. www.espejel.com

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