La fuente de la eterna juventud.

(12 feb 2015) Leyenda. de Europa. Durante miles de años el sueño de los brujos y curanderos es encontrar el elixir de la juventud, las leyendas de rios y lagunas de todos los rincones de la tierra hablan de brebajes con poderes de rejuvener. El conquistador Juan Ponce de León después de fundar Puerto Rico se fue en busca de la fuente de la juventud y por pura casualidad descubre Florida pero aquellas aguas no las encontró y se dirigió hacía América. El mito de la fuente inspiró a muchos exploradores como Jean de Bourgogne (1300-1371) alias Juan de Mandeville quien redactó un texto sobre este tema en el año 1356. “.

“ Junto a una selva estaba la ciudad de Polombe, y a esta ciudad, una montaña, de la que toma su nombre la ciudad. Al pie de la montaña hay una gran fuente, noble y hermosa; el sabor del agua es dulce y oloroso, como si la formaran diversas maneras de especiería.

El agua cambia con las horas del día, es otro su sabor y otro su olor. El que bebe de esa agua en cantidad suficiente, sana de enfermedades, ya no se enferma y es siempre joven.

Yo, Juan de Mandeville, vi esa fuente y bebí tres veces de esa agua con mis compañeros, y desde que bebí me siento bien y supongo que así estaré hasta que dios disponga llevarme de esta vida mortal. Algunos llaman a esta fuente “Fons  Juventutis” los que beben de ella son siempre jóvenes”.

La fuente de la juventud en la antigüedad

La Fuente de la Juventud, es un emblema de la longevidad y la inmortalidad es una mítica fuente que supuestamente cura enfermedades y devuelve la juventud, ya sea tomando el agua o bañándose en ella.

En la antigüedad, el mito de la fuente de la juventud está en el tercer libro de Las Historias de Heródoto (siglo IV a.C.) Allí se habla la polémica del Rey de Etiopia y los embajadores del Rey Persa Cambises II.

Tomando aquí los ictiófagos de preguntarle también cual era la comida y cuan larga la vida de los etíopes, le respondió al rey, que acerca de la vida, muchos entre ellos había en que llegaban a los 120 años, no faltando algunos que alcanzaban a mas; en cuanto al alimento, la carne cocida, era su comida y su leche fresca que era su bebida ordinaria. Viendo entonces el rey, cuanto admiraban los exploradores una vida de tan largos años, los condujo el mismo a ver una fuente muy singular, cuya agua pondrá al que se bañe en ella más empapado y reluciente que si se untara con el aceite más exquisito y hará despedir de su húmedo cuerpo un olor de viola finísimo y delicado. Acerca de esta rara fuente referían después los enviados ser de agua tan ligera que nada sufría que sobrenadase en ella, ni madera de especie alguna, ni otra cosa más leve que la madera, pues lo mismo era echar algo en ella, fuese lo que fuese, que irse a fondo al momento. Y en verdad, si tal es el agua cual dicen, ¿no se pudiera conjeturar que el uso que de ella hacen para todos los etíopes hará que gocen los “Macrobios”( nombre que se les da a los que vivían más de 150 años) de tan larga vida?

Heródoto, Historias. Libro III, XXIII.

En el evangelio de Juan cuenta el fragmento del Estanque de Betesda en Jerusalén, donde Jesús realiza un milagro curando a un hombre lisiado. Sin embargo, el texto claramente indica que había una creencia en las propiedades curativas de esas aguas, cuando un ángel, no identificado como de Dios, tocaba el agua e inducía una práctica de culto de sumergirse en ellas; aunque solo el primero que llegaba al agua era sanado, y solo ocurría de tiempo en tiempo.

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

Fuentes de información

1. artigoo.com

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