La Lechuza: Leyenda de Guerrero

(23 nov 2012) Leyenda de Guerrero. Un principe le gustaba hacer lo que le de la gana, el quería practicar su puntería con la lanza, no le importaba lastimar o matar aves, en su insistencia de mejorar su destreza. Le disparó al dios Sol. El señor del monte le aconsejaba que no se acerque a él y no le hizo caso. Lo convirtío en Lechuza.

Un príncipe hermoso llamado Quechí que significa Águila, sus ojos y su piel de color de la tierra, vivía en un palacio de altas torres manejaba con destreza su lanza; los sacerdotes del lugar aseguraban que el hijo del rey, era descendiente del dios Sol.

Tenía muchas cualidades pero se mantenía alejado de sus semejantes, durante las noche se salía del palacio y se iba al bosque, ahí sin misericordia le clavaba su lanza a las garzas a los troncos de los árboles, pajaritos, mariposas hasta al bello colibrí. Una mañana Quechí quería mejorar su puntería y por eso mataba cardenales y hermosas guacamayas, después empezó a tirar su lanza hacia el cielo se trepó en las rocas más altas y arrojó su lanza, un grito de alegría dio, cuando Quechí se dio cuenta que logró herir al dios Sol.

Lo convirtió en lechuza

Después el cielo bajó el arma y en la punta un pedazo de Sol y cayo después de las montañas al verlo el príncipe se despojó de sus ropas para correr más rápido en dirección de la montaña. Paso por un pantano donde vive un genio malo, le preguntó; a donde vas,-voy por mi lanza, herí al dios sol, -no vayas te puedes morir-. Siguió su camino y al pasar por el bosque se topó son el señor del monte y le preguntó; a donde vas, le respondió lo mismo, no vayas el dios Sol se enojara mucho.

Se cruzó con Datió el señor de las aguas y  con el señor del viento, trataron de convencerlo que no siga y no hizo caso, se alejó hacia la montaña.

Una voz misteriosa se oyó –ven a descasar bajo mi sombra- Quechí sediento y con hambre se disponía a descansar  cuando vio su lanza que la punta era como el oro se incorporó y corrió para tenerla en la mano cuando estaba junto a ella  y trato de agarrarla un remolino se apodero de el que las corrientes de aire lo hacia volar era tan rápido que el príncipe se desmayó, cuando despertó estaba parado en las ramas de un árbol muy alto, era un pájaro oscuro cuyos ojos no podían ver el sol. Se cuenta  que Nikiu, el dios Sol así lo castigó, convertido en lechuza.

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

Fuentes de información

1. heraldodemexico.com.mx

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