La brujas de Malvas y las bolas de fuego

(08 feb 2023) Leyenda de Irapuato, Guanajuato. Esta leyenda se motivó entre el vecindario de Malvas y Rancho Grande en la que un muchacho campesino fue embrujado por una supuesta bruja, que con su hermosura y su encantadora voz logró que este joven perdiera la razón. Se cuenta, qué un hombre de diecinueve años, en aquel entonces, había una fiesta en el rancho y había gente de las granjas vecinas para disfrutar del jolgorio. El joven de nombre Macario conoció a Rosita y se enamoró de ella. Animado por los amigos la hizo su novia. Pero Rosita era de Malvas. Macario tendría que ir hasta allá si quería conservar a su novia. Macario iba a diario a ver a Rosita de Rancho Grande a Malvas, en el caballo de su papá. Macario tenía que regresar temprano a su casa antes de las diez de la noche o no le volvería prestar el caballo.

Bolas de fuego en el sendero

Rancho Grande y Malvas, los unía un camino de diez km. de distancia, al papá le preocupaba que su hijo regresara solo tan tarde. A Macario, se le hizo tarde por asuntos propios del amor, ya eran las once de la noche y el papá de Rosita lo volvió en “sí”. Rápido, Macario tomó rumbo a su rancho, la noche muy oscura, la luna dejaba ver el accidentado camino por el que pasaba, había frio y el viento silbaba al chocar con los matorrales. De pronto, una bola de fuego le pasó frente a él, asustando al caballo quien comenzó a relinchar y en su fuerte relincho tiró al chico al suelo. Asustado el joven empezó a correr por el sendero, hasta que vio un esplendor de una bola de fuego que se detuvo junto a los árboles. El chamaco sorprendido aquel momento, se acercó al lugar donde la bola de fuego se detuvo. Vio a una sensual mujer, hipnotizado por la belleza escuchaba una hermosa voz que entonaba una canción mágica que quedó embelesado. Poco a poco se acercaba a la mujer, cuando el quiso acariciar su bello rostro de la mujer, ella se transformó en una serpiente, huyendo hacía los matorrales. Él se desmayó en ese instante. Cuando despertó estaba en la punta una gran piedra lejos del camino, y comenzó a caminar y caminó mucho, pero se alejaba más, caminó horas hasta que se dió cuenta que estaba perdido. Cansado se acostó en el suelo y cuando despertó otra vez estaba de nueva cuenta en la cima de la misma roca, ya habían pasado nueve días y seguía desaparecido. El caballo regresó solo y murió de hambre y sed. Se cuenta, que desde que regresó el corcel solo, no quiso comer ni tomar agua no probó nada y murió. Un tío de Macario, regresaba de su potrero y vio desde lejos al joven, sentado en la cúspide de un pedrusco. El tío se acercó y vio que era Macario que estaban buscando, lo llevó a su casa, sin poder explicar qué hacía sentado en ese guijarro y en deplorable condición. Se cuenta, que aquel joven campesino fue víctima del maleficio de una maga. Nunca pudo decir, lo que había pasado. Para él, solo fue una noche, hasta se olvidó de la Rosita. Hay quienes aseguran que en Rancho Grande y Malvas siguen brincando bolas de fuego entre pueblo y pueblo. Se dice, que las hechiceras están en busca de hombres jóvenes para consumir su lozanía y energía o niños recién nacidos sin bautizar para alimentarse. 

En noches de luna, si levantas la mirada al cielo, es posible que veas esas bolas de fuego, como si fueran pájaros nocturnos. 

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

Fuentes de información

  1. plazadelosfundadores.com

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