El H-Wuayak un espectro rompe huesos
Leyenda Maya. Hace muchísimos años en los montes del Mayab habitaba una criatura poderosa de nombre H-Wayac es muy alto con fuerza descomunal, se dice que se oía cuando andaba por el monte, se escuchaba destrucción que lanzaba piedras
La Mula Herrada: Resucitó como una bestia
Leyenda de Honduras. Una mala hija, se muere de momento y no tuvo tiempo de arrepentirse de su maldad. Al tercer día de su entierro ella resucita y sale de su sepulcro convertida en una bestia. Se cuenta, que era la época de la Colonia,
La Cueva de Salamanca: un antro de brujos
Leyenda de España. En la ciudad de Salamanca, según la tradición popular el Demonio impartía clase. Dicha cueva corresponde a lo que fue la cripta ahora inexistente del templo de San Cebrián. Cervantes le dio una forma burlesca a la
La Ixtabay en Tunkas está muy vigente
Leyenda Maya. La Ixtabay es un espíritu maligno que anda todas las noches por todos los pueblos del Mayab, ya sea por los montes o calles, se hace presente para desquitarse, asustar o aquietar a las personas alcohólicas. Se dice, que es
La Tunda una mujer vampira y fea
Leyenda de Colombia. Un espíritu de mujer peligrosa, repugnante, con un pie parecido a una raíz de árbol y el otro el pie de un bebe. Se cuenta, que roba a los niños que no se portan bien y a los que no están bautizados. Es una bestia
Leyenda del Alto Rey y el aceite de la cueva
Leyenda de España. Tres hermanos envidiosos y el aceite de la cueva. En el Sistema Central situada en la sierra al nornoroeste de la provincia de Guadalajara, su cima es sucesión de chicos repechos enfilados a lo largo de 3. 5 km,
La Llorona: Dicen que es la Malinche
Leyenda de México. La llorona mujer con ropas vaporosas que se manifiesta creando temor y conmoción es insignia de la cultura mexicana. Entre clamores perturbadores, la mujer llama a sus hijos, los perdidos, los desamparedos, los
La Piedrona de Chiapas y la Mujer de la Piedrona
Leyenda de Villa de Corzo, Chiapas. San Pedro Buena Vista. Cuenta la leyenda, en la época que se podía bañar en los ríos y a pescar con dinamita, un niño llamado Casiano (un hijo de la fregada como decía su abuelo) acompañó a sus