El ahorcado de San Andres Tuxtla y La leyenda del Ahorcado
Leyenda de Veracruz. Se cuenta, que un joven de nombre Fernando salió de su trabajo más tarde que de costumbre pues hizo horas extras. Vivía bien lejos y pronto se iba hacer de noche, así que decidió tomar un atajo para llegar pronto
Leyenda La Casa del Faldón
Leyenda de Querétaro. Un antipático politico español que se creía de alcurnia y todos los demás eran muy poca cosa junto a él, por eso se sentía con derecho estar adelante en la procesión. En la época de la colonia las ciudades
La leyenda de la novia emparedada.
Leyenda de Ixtapaluca, Estado de México. Se dice, que hasta ahora entre los muros de un pasillo de una institución bancaria, que está a lado del palacio municipal, se ve una silueta blanca caminando, esta mujer con vestido de novia se
El hombre lobo, un castigo de los dioses
Leyenda de México. El camino muy malo, la carreta se balanceaba y en un paraje solitario, cenaron, se escucho un aullido. Un lobo se acercó junto al fraile, este temblaba frente al animal. El lobo hablo con el religioso, le dijo, que se
Leyenda La Carbonera de Chuburná Puerto
Leyenda de Chuburná Puerto Yucatán. Desde alta amar, por las noches, algunos pescadores cuentan que ven a lo lejos grupos de incendios, en los terrenos de la carbonera. Y en la playa se ven como fogatas y gente a los lejos. Se
El niño que fue dirigido por un difunto
Leyenda de Escuinapa Sinaloa. Un difunto que se les presenta a las personas que van solos al monte y habla con ellos que siempre lo ven agarrando una cruz de madera vieja. Se dice que en los antiguos senderos que se encuentran los montes
El Boquerón: Quedó viuda por una sirena
Leyenda de Perú. Es una leyenda urbana más típica de la región de Huacho, situado al Norte de Lima Perú. El Boquerón es una apretada brecha mezclada de tierra y rocas ubicada en el puerto. Muchos lo llamán "El huquerón de la
Ahorcaron a un difunto: Leyenda Colonial
Leyenda de México. El 7 de Marzo de 1647 los vecinos de la Nueva España que transitaban por las calles delante de las Casas Arzobispales, como a las nueve horas de la mañana, veían admirados un evento muy frecuente en aquella época.