Apofis: Dios de las Tinieblas

(27 oct 2021) Mitología Egipcia. El Sol era la divinidad suprema de Egipto, pero su competidor era Apofis, encarnado en una serpiente terrible, que representa las fuerzas de la oscuridad y todo que produce temor. La luz no puede haber sin las tinieblas y el bien no puede existir sin el mal. Apofis era necesario para que el Sol se manifieste en su grandeza. Apofis representaba a las fuerzas perversas que habitan en el "duat" (infierno). Apofis es la personificación del caos así como la sublevación armada.

La serpiente siempre se ha asociado al mal, al caos debido al miedo que producía su picadura. En Egipto podría estar justificado, las serpientes abundan, de manera especial en la región del delta del Nilo. Estaban representadas, por serpientes las diosas de la Ogdóada, el fin del mundo según los egipcios, que iba a desencadenar por la acción de Apofis, que noche a noche acechaba el paso del Sol por los lugares oscuros.

No siempre las serpientes eran negativas, había divinidades- serpientes de significado positivo, como la diosa protectora del Bajo Egipto, Uadyet o la diosa cobra Renenutet, que era de buena suerte y a la que se oraba una buena cosecha, un feliz provenir y un parto que se desarrollara sin problemas. Este no era e caso de Apofis.

Su nacimiento no es conocido, aparecen en el templo de Esna aproximadamente en el Siglo II a.C. Neit lo creó escupiendo sobre las aguas primigenias. El nombre de Apofis significa “aquel que fue escupido”. Es distinto de la versión del mito de las lagrimas de Atum-Ra, Neit fue el primer ser que apareció en el montículo de la vida y dio a luz al Sol. Le llamó, pero el Sol cegado por su resplandor no veía a su madre y lloró buscándola. Esas lagrimas engendraron la humanidad. Pero aunque Neit encontró a su hijo, el Sol, necesitaba al siniestro Apofis para establecer la dualidad que presentan los grandes conceptos y las grandes fuerzas de universo.

El caos, la maldad, las sombras personificadas en Apofis aguardaban cada anochecer, el paso del sol por las regiones oscuras del “duat” (infierno), con el fin de que no completase el viaje nocturno que le permitía reaparecer, cada amanecer por el horizonte. Noche tras noche, en singular combate, Ra tenía que luchar y derrotara Apofis, pero la serpiente era indestructible e inmortal, por lo que él triunfo del Sol nunca era definitivo.

Apofis se representaba en inscripciones funerarias en los enterramientos faraónicos. A veces parecía una serpiente cortada a manos de Ra, que adoptaba la figura de un gato, un animal sagrado y venerado por los egipcios, así el Sol podía ascender a los cielos y recorrerlos en la barca solar, iluminando la tierra entera, hasta que a la noche siguiente, se reproducía el mismo ciclo.

La victoria de Ra

Preservaba todas las formas de vida y mantenía el orden del universo. Pero podía suceder que, una noche, Apofis resultase vencedor, con lo que el mundo se vería abocado a su destrucción. Por otro lado, la aniquilación total de Apofis podía alterar el equilibrio de la noche y el día, del bien y el mal, y el caos se adueñaría de la situación. Así se profetizaba el “Libro de los muertos”. “La tierra regresará a las aguas primigenias, a Num, tal como fue en el principio de los tiempos. Y al término de los días, no existirán los dioses, solo Atúm, el señor de todas las cosas, que creó la humanidad y a todos los dioses”. Y en este final apocalíptico, Atúm se manifestaría con la forma de una serpiente.

Cual fuera el modo de la creación, lo que resultó evidente, para los egipcios, se producía cada día con la llegada de la luz y que se seguía manifestando con cada nueva estación, renovándose constantemente, desde los remotos tiempos del caos. Ma´at la diosa de la verdad, de la justicia y de la armonía del universo, había impuesto un orden lógico e inmutable, y que cualquier alteración o perturbación de sus designios divinos podía subvertir y destruir la estabilidad de la vida, la sociedad y la política egipcia. La primera creación fue la perfecta, y había que preservarla en un proceso que se repetía perpetuamente, y del que era una garantía ver el Sol aparecía, todos los días, reflejándose en aguas sagradas del Nilo.

Rezumen del texto Mitología Egipcia. 2016 Alba Libros, S.L.

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

Fuentes de información

  1. mitologia.guru

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