Los animales sagrados de los egipcios

(14 mar 2023) Mitología Egipcia. Apis el Toro sagrado. El cocodrilo. El león. El gato. El perro. El hipopótamo. El ibis. El halcón y otras aves egipcias. El escarabajo sagrado. Para los egipcios era incomprensible una idea abstracta de un dios y la necesidad de sentir a los dioses a su alrededor, les infundieron un cuerpo real que encarnaban en un animal. Estos animales eran a los que temían por su fuerza o que representaban la fertilidad. Y unos animales se les confirió un carácter sagrado, como dioses que vivían en esos cuerpos.

El chacal, era el dios de los muertos. El cocodrilo el dios del agua, la vaca era el dios del cielo, el halcón era el Sol y la diosa de la Luna un ibis. El toro y la vaca era la imagen de la fertilidad, eran venerados como divinidades agrícolas y el carnero poseedor de mucha fuerza reproductora, que representaba a la naturaleza que nace y se renueva.

La adoración de estos animales, les llevaba actuar de una manera que sorprendía. Cuando morían estos animales, sus propietarios se hacía un autentico duelo y los enterraban como si fuese si se tratase de un familiar. Se podría considerar afortunado si alguien era devorado por un cocodrilo. 

Apis: el toro sagrado

La virilidad y la fuerza era personificado por el toro, así como la valentía, el poder en la batalla. Adorado desde las etapas predinásticas. Su culto tuvo importancia a partir de Nemes el primer faraón egipcio. No pudo ser de otra manera, lo que se conoce sobre Apis es en los escritos de Heródoto: “Es el becerro de la vaca que no puede dar a luz a otra progenie. Los egipcios dicen que, sobre esta vaca caen relámpagos del cielo y entonces engendra a Apis. Este toro es negro, con un punto cuadrado y blanco en la frente y en la grupa tiene la figura de un águila. La cola es de pelos dobles y en la lengua un escarabajo”.

Diodoro relata, cómo se encontraba ese toro sagrado y cómo se le trataba a su muerte. Su funeral era como la encarnación de Osiris. “Después de terminar el funeral de Apis, que era esplendido en todos sentidos, los sacerdotes dedicados a su culto, buscan otro becerro con las mismas características. Cuando lo encuentran acaba el luto del toro muerto, y pasean al joven toro por la ciudad del Nilo y lo alimentan durante cuarenta días. Lo suben a una barca que tiene una cabina dorada y lo llevan hasta Menfis. Los primeros cuarenta días, solo lo pueden ver las mujeres, que bailan desnudas ante él. Después de este tiempo ya no pueden exigirse ante el nuevo dios. Se venera a este animal porque se dice, que es el alma de Osiris: transmigró a la entidad del buey, y hasta ahora, el espíritu de Osiris se fusiona con el de un buey. Otros dicen, que se debe su culto a que Isis guardó los miembros de Osiris, asesinado por Set, dentro de un buey de madera y lo cubrió con pieles de toro, desde ese momento la ciudad se llamó Bubatis”

Se honraba a la madre del buey Apis

También, a la madre se le daba unos aposentos a lado de su hijo. Comía Apis los mejores alimentos, tenían cómodos lechos para descansar. Hasta se cuidaba el agua que tomaba y que fuese de un pozo especial que había en Menfis. La del Nilo no se consideraba buena para el dios buey. Apis vivía encerrado, solo en eventos especiales se le mostraba con un grupo de niños en procesión, cantando a su lado. También se le ofrecía vacas seleccionadas, que eran atendidas por sacerdotes dedicados a cuidarlas.

En el cumpleaños de Apis se festejaba durante siete días y se creía que durante ese tiempo los hombres no eran atacados por los cocodrilos. Existía un oráculo de Apis que era consultado por personalidades como Alejandro Magno o el romano Germánico.  Estaba en el templo del dios Path y se reverenciaba al toro. Los faraones ofrecían tributos como los botines de guerra y grandes tesoros. Las profecías del oráculo se interpretaban por los actos y acciones que realizaba Apis. Cuando lamió las ropas del astrónomo Eudosio de Cnido, se interpretó que su muerte estaba cercana. Cuando el buey se negó a comer de la mano del germánico y emitió un mugido, le anunció su muerte y la conquista de Augusto. 

Se hacían sacrificios a Apis, en otros toros elegidos con mucho cuidado, que se decapitaban en su honor. No se sabe si sería del agrado del dios, a ver como morían sus congéneres. La cabeza del animal se arrojaba al Nilo, con un ritual que sí se decía que era inminente algún peligro que pudiera caer sobre Egipto o sobre los que realizaban estos sacrificios, que se dirigiera sobre la cabeza. Aunque algunos apuntan, que después de un tiempo, Apis era sacrificado y sustituido por otro buey. Lo más probable es que muriera de forma natural. Después de su muerte lo embalsamaban y se le enterraba y se guardaba un luto.

En el año 1851 el arqueólogo francés Mariette descubre el Serappeum, de Menfis, un templo funerario donde eran enterrados los toros sagrados. Unos inmensos sarcófagos, en que algunos pesaban unos cincuenta y ocho toneladas, se descubrieron estos restos de estos animales. Estos entierros datan en el año 1500, a. C, durante la XVIII Dinastía. Las capillas del Serapeum eran lugares de peregrinaje. Que depositaban ofrendas para que se cumpliese sus peticiones. Con la muerte de Apis alcanzaba su gran poder ya que se unía con el todo poderoso de Osiris y se cero un dios Osiris-Apis, que los griegos fundieron uno solo “Serapis”.

El COCODRILO

El miedo ante los ataques de este animal, estos eran abundantes en el Nilo. Tal vez ese es el origen de la veneración. Se le consideraba un dios temible, por sus acciones malvadas, en épocas de sequía en la estación árida, estos saurios se internaban en tierra firme y devoraban todo cuanto le salía al paso. Se le otorgó caracteres benévolos, pero prevaleció su lado oscuro y también se le consideraba una divinidad bondadosa. Se le asocia con Ra y con Osiris que a lo largo de su leyenda mantendrá relaciones de amistad y de odio. Se cuenta que un reptil llevó sobre sus lomos el cuerpo de Osiris desde la aguas del Nilo hasta tierra firme y que otro carnívoro protegió a  Horus, colocado por Isis en una cesto trenzado con papiros, de los ataques del perverso “Sobek” (el dios cocodrilo), identificado por Set como el asesino de Osiris.

En el Libro de los Muertos, cuatro amenazantes cocodrilos se cernían sobre las almas de los difuntos y tanto ellos cómo los vivos buscaban protegerse de esta divinidad horrible y poderosa mediante cultos mágicos.   El dios Sobek era clemente con los muertos pero según los Textos de las Pirámides era el encargado de devolver la vida a los muertos, el que despertaba a sus facultades aletargadas por el sueño eterno y les guiaba en esta vidccx desconocida para ellos. También les ayudará a derrotar a Set, el ser malvado que amenaza a los buenos de corazón, que confían en Osiris. El dios Sobek tiene muchas personalidades y a veces contradictorias se le puede encontrar en ritos y cultos, en el panteón egipcio.

Durante el Imperio Antiguo la caza del cocodrilo era el deporte de las clases altas y de la realeza y en otras épocas tenía un estatus divino, se le consideraba el protector de Egipto, gracias a él, los ladrones africanos árabes no cruzaban el Nilo para saquear el país, pues eran devorados. 

Heródoto habla de muchas historias de estos reptiles, algunas ponían en evidencia su sabiduría. Eran sagrados en Tebas y el Lago Moeris y una ves domesticados, los devotos les ofrendaban joyas y buenas comidas. Era frecuente verlos con valiosa joyas y pulseras en las patas ya embalsamados, los cocodrilos eran enterrados en los subterráneos del templo, un lugar sagrado que los extranjeros no tenían acceso a él.

En Fayum y en Kom Ombo todavía pueden comprarse miles de cocodrilos momificados. Había templos que tenía una piscina en la que vivía cocodrilos sagrados, cuidados con esmero, recibiendo ofrendas y alimentos de sus fieles, viviendo a “cuerpo de dios” más que a un cuerpo de rey.

Strabo (historiador griego), que durante la época de Augusto que recorrió Egipto, cuenta cómo su anfitrión una persona distinguida de la ciudad, les llevó a ver el cocodrilo sagrado. Según él vivía en un lago y era bueno con los sacerdotes que le atendían. Le llevaron como ofrenda un pastel y un recipiente de leche con miel. Los sacerdotes se acercaron al saurio y le abrieron las fauces poniéndole el pastel y vertiendo la leche con miel. El reptil se lo comió y satisfecho se echó al lago y nado a la otra orilla. También Sobek tenía su oráculo y se cuenta que pronostico la muerte de uno de los Ptoloneo. 

Su representación era de un hombre con la cabeza de un cocodrilo en la que lleva cuernos con el disco sol en su interior y las plumas de Amón.

El LEÓN

El león simboliza la fuerza y el valor, era objeto de veneración en Egipto, identificado a divinidades protectoras o benéficas, principalmente las solares, como el dios Sol Horus, o Ra. Los veneraban en la ciudad Leóntopolis en el norte del Delta. Allí, los leones sagrados se les alimentaba con animales sacrificados, a veces se les soltaba becerros vivos para que los cazasen dentro de su jaula. Mientras se alimentaban los sacerdotes cantaban en su honor. En Leóntopolis existían leones sagrados en muchos lugares de Egipto, como en el templo de Heliópolis.

El león tenia un marcado carácter protector. El antiguo dios de los leones es Ayer, vigilaba la puerta del amanecer por la que el Sol pasaba cada mañaneara impartir su luz. El Sol transitaba por un pasillo oscuro, después ocultaba su luz, provocando la noche y se necesitaba la existencia de dos leones, “Sef y Dua” es decir “Ayer y Mañana” que custodiaban las puertas de salida. De ahí derivó la costumbre de colocar dos leones en las puertas de los palacios y de los enterramientos para librar a vivos y muertos de todo mal. Estas estatuas tenían cuerpo de león y cabeza de hombre y se les conoce como “esfinges” es la Gizeh o Guiza símbolo del dios “Ra”, levantaba como su residencia, cara al Sol para proteger a los muertos que descansan en las tumbas que rodean a esta esfinge. 

Eran frecuentes los dioses que tenían cabezas de león, personificaban el poder destructor. También habían deidades leoninas que actuaban en las sombras, vigilando el reino subterráneo. Los leones estaban relacionados con los muertos. La cabeza de los féretros solía tener la cabeza de este felino y el extremo tenía la cola del animal. 

En Egipto los leones eran sagrados, no sucedía los mismo con los leones en otros países que los faraones no dudaban en cazar. Amón- hetepIII, tenía a gala, haber matado con su arco ciento dos leones.  Ramsés II y Ramses III tenían a modo de mascota, un león domesticado que llevaban con ellos a las batallas y atacaba a los enemigos del faraón.

EL GATO

Adorado, respetado y querido gato era la encarnación de la diosa Bise. Es una divinidad de naturaleza benévola. En el libro de los muertos, un gato es el que corta la cabeza a la serpiente de la oscuridad y colabora a la destrucción de los enemigos de Osiris. La veneración fue a partir XXII Dinastía, se les alimentaban con pan, leche y todos de pescado. Al morir se les embalsamaba y se les envolvía con sabanas de lino entre especias y perfumes.

El que mataba un gato era condenado a muerte, un romano cometió semejante acto, fue perseguido por el pueblo encolerizado que acabó con él. Las familias que perdían a su gato, le guardaban luto y lamentaban su muerte con grandes muestras de dolor y lo llevaban a enterrar a la ciudad sagrada de los gatos, “Bubastis”.

El PERRO

Nunca se le consideró una encarnación divina, Sn embargo el “dios Anubis” es representado con cabeza de chacal, puede ser que antes tuviera cabeza de perro. El hecho de que los chacales viven en los desiertos y montañas eran lugares preferidos para los enterramientos, se les asoció con el mundo de los muertos y se dotó al dios de la momificación y guía de los difuntos con la cabeza de este animal. Se les honraba en la ciudad de Cynópolis y a los lobos, en Lycópolis. Cuando moría un perro sus propietarios se rapaban el cuerpo entero, incluida la cabeza en señal de luto.

EL HIPOPÓTAMO

Por su temor desembocó la veneración de este animal. La diosa de los hipopótamos era Tahurt o Tawered y se le otorgó características de benevolencia y protección y se asimiló en el panteón egipcio. El poder destructor del hipopótamo no quedó borrado en esta diosa, la vemos asistida la Escena del Juicio. En esta escena se encuentra el mono con cabeza de perro, sentado vigilando la fiel balanza e informando a Thot el resultado del pesaje de las almas. Este animal fue reverenciado en Egipto igual que los monos que vivían en los templos, especialmente aquellos dedicados al culto de las divinidades lunares.

EL IBIS

El Ibis era el ave más sagrada de los egipcios. Asociada a la luna, sobre todo al dios “Thot” (un dios con muchos atributos con las artes y la sabiduría), su culto era en la ciudad de Hermópolis. En recientes excavaciones, en la tumba de del tesorero real de la reina Hatshepsut, llamado Djehuty encontraron centenares de ibis momificados uno de ellos con alas extendidas. En el Gebel se halló una necrópolis de ibis, con cuatro millones de ibis momificados.

El Bennu el origen del mito del Ave Fenix

Otro pájaro muy venerado fue el “bennu” una especie de garza real que dió origen al “mito del ave fenix”, que renacía constantemente de sus cenizas.

Según este mito, propio de Heliópolis, el sol apareció por primera vez, bajo la forma de ave sagrada, el bennu. Al bennu se le relaciona con el “ished” un árbol sagrado con simbolismo solar, que el Gran Gato de Heliópolis protegía de la malvada serpiente Apofis. 

En los Textos de las Pirámides, esta ave sagrada de color amarillo manifestación del Sol de Heliópolis. Su nombre  sería como: “La que sale en medio del resplandor” aunque en el libro de los muertos se representa como una garza real. Tanto una u otra forma es la imagen de vuelta a la vida y simboliza la buena suerte. Como garza sobrevolaba las aguas del caos, rompiendo el silencio con sus graznidos y de uno de ellos se produjo el cataclismo que puso en marcha el proceso de la vida “que ha de ser ( existir) y qué no ha de ser (o no existir). Tiene que ver este mito con lo que dice Amón, bajo la apariencia de un ganso, vuela sobre las aguas de Tun, y provoca un proceso similar. Cuando la garza se posó sobre el montículo primigenio, puso un huevo del que salió el Sol cuando eclosionó. Según el ave fenix recubierta de plumas rojas y doradas, parecida a un águila, vivía en tierras de la península de Arabia y era única en el mundo. No existía otra igual. Al morir, sus restos fueron llevados al templo del Sol en Heliópolis. En mito griego, cuyo punto de partida parece tomado del bennu, el ave fénix se prendió fuego ella misma, pero volvió a renacer de entre sus propias cenizas.

EL HALCÓN Y OTRAS AVES SAGRADAS

El pájaro del Sol era el halcón, venerado en todo Egipto desde la época predinastica, atribuida en las encarnaciones de los dioses Horus, Ra y Osiris. Cuando el halcón tenía el cuerpo de esta ave y cabeza humana, era la personificación del alma del hombre, que compartía, también con la garza real y las golondrinas pensaban que reencarnaban las almas de los difuntos. Isis tenía como animal sagrado al ganso, aunque fue bajo la forma de golondrina como la diosa lloró la perdida de su esposo Osiris. El ganso, en una de sus variedades estaba dedicado a Amón- Ra. El buitre era el símbolo de las diosas Nekhebet y Mut.

EL ESCARABAJO SAGRADO

La naturaleza le servía de inspiración a los egipcios. Sus mitos y creencias religiosas del caso del “escarabajo pelotero” veían la encarnación de Jepri, El Sol del amanecer. Esta encarnación determina la forma de vida y reproducción de este insecto que deposita sus huevos en una pelota de excremento. Una vez realizada la puesta, lleva la pelota hasta su nido, donde están resguardados de todo peligro. Los huevos se incuban con el calor del sol. Esta actividad fascino a los egipcios, que vieron en ella una replica del viaje que el Sol  realiza a diario, por el cielo diurno y por el dual.

Del huevo que se incuba en el interior de cada pequeña pelota, nacía una larva lo que llevó a la creencia de que el escarabajo se creaba así mismo, como los dioses primigenios. La simbología del escarabajo se reforzaba en su primer vuelo de esta larva, según los egipcios venía a representar la salida del Sol por el horizonte. En el Libro de los Muertos: “He ascendido cómodos primigenios, me he convertido en Jepri”. Jepri se solía representar como una figura humana con cabeza de escarabajo. Los escarabajos tuvieron mucha popularidad, se convirtieron en un amuleto poderoso. Se fabricaban en muchos materiales de los más preciosos y los más sencillos. 

Su papel más destacado era como protectores de los difuntos. Eran parte del ajuar funerario y se colocaban entre las vendas que envolvían a los muertos y ponían uno encima del corazón, importante para el alma, pues de él dependía el conseguir la vida eterna.

Parrafos Y Resumen  del Texto: Mitología Egipcia. ALBOR LIBROS S.L.

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

Fuentes de información

  1. okdiario.com

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