El ahorcado del panteón de Hocabá
Leyenda de Yucatán. Los pobladores, aseguran a ver visto a un hombre colgado en un árbol que está dentro del panteón, enseguida lo reportan a las autoridades, cuando llegan no hay nadie. Se dice, que los ahorcados están condenados a
La Silla del Cementerio y El Gua gua Auca
Leyenda de Ecuador. Los guardias del panteón, fueron testigos de las visitas del enamorado. Decidieron colocar su silla en su tumba. El idilio de amor que tuvieron Josef y Elizabeth fue verdadero. Dos extranjeros y su repentino
Regresó para ceder su tumba
Leyenda Temax Yucatán. Lo enterraron vivo, salió y fue a su casa. Don Antonio murió del corazón y lo sepultaron, cuando despertó, se dió cuenta, que lo habían enterrado, empujó y empujó hasta que logó salir, para ceder esa
La llorona y su sollozo nocturno
Leyenda de Uruguay. Un joven, una noche salió a divertirse y en el lugar conoció a una hermosa muchacha, que a él le encantó su manera de ser, así pasaron las horas juntos cuando ella decidio irse, él insistió en llevarla para saber
Promesas del Más Allá. El Sansón Ibérico
Leyenda de Nuevo León. Por los años 1905 Monterrey era una ciudad muy tranquila, por la calle de Comercio hoy llamada Morelos, había sitio de coches jalados por caballos. Uno de los cocheros Don Goyo era un hombre amable, atento y
La Santa de Cabora. La Niña de Cabora es Teresa Urrea
Leyenda de Sinaloa. Una figura que tuvo mucha influencia en personas hasta que se convirtió en una leyenda, ella es Teresa Urrea. Su vida y muerte es una enseñanza en el ámbito religiosos y político que varios estados la recuerdan como
Los animales sagrados de los egipcios
Mitología Egipcia. Apis el Toro sagrado. El cocodrilo. El león. El gato. El perro. El hipopótamo. El ibis. El halcón y otras aves egipcias. El escarabajo sagrado. Para los egipcios era incomprensible una idea abstracta de un dios y la
La Piedrona de Chiapas y la Mujer de la Piedrona
Leyenda de Villa de Corzo, Chiapas. San Pedro Buena Vista. Cuenta la leyenda, en la época que se podía bañar en los ríos y a pescar con dinamita, un niño llamado Casiano (un hijo de la fregada como decía su abuelo) acompañó a sus