El Tepozteco: Guardián que nació de una doncella virgen

(11 nov 2020) Leyenda Prehispánica de Morelos. Se asegura que todavía en esta pirámide vive como su guardían de este lugar. Un niño engendrado por el Dios Viento, tenía poderes sobrenaturales. Fue arrebatado de los brazos de su madre por el abuelo, se deshizo de él, tirándolo en el bosque para que lo coman los animales.

Ahí va la leyenda. Se cuenta, que una jovencita hija de unos caciques, le gustaba bañarse en la barranca de Atongo. Muchos decían que en ese lugar había “malos aires”, pero la muchacha no lo creía ni le importaba, pasó unas semanas y se dio cuenta que estaba encinta. La jovencita se presentó muy avergonzada a sus padres y les dijo su embarazo. Sus padres se molestaron mucho.

Nació el niño, el abuelo quería deshacerse del nene, lo agarro y lo tiró desde una gran altura contra unas piedras, pero el viento lo acogió y lo puso en un llano; en otra ocasión lo dejó abandonado cerca de unos magueyes, sus pencas se doblaron hasta llegar a su boquita, para darle aguamiel. Otro intento, lo arrojó a hormigas gigantes, estas no le hicieron nada, al contrario lo alimentaron.

Una pareja de ancianos que vivían en San Juan Tlacotenco, encontraron tirado al bebe y se les quedó. Era su hijo y le pusieron de nombre Tepoztécatl (quien sería el patrono de Tepoztlán).

Muy cerca de su vivienda de Tepoztécatl vivía Mazacoatl, la temida serpiente de Xochicalco a quienes lo autóctonos le daban de comer mediante sacrificios de gente anciana. Un día el jefe de la población anunciaron que el padre de Tepoztécatl lo sacrificarían como alimento de la culebra Mazacoatl. Tepoztecatl se ofrendó a reemplazar a su   padre. Se dirigió a Xochicalco, en el trayecto fue juntando “aiztli”, pequeños pedazos afilados de obsidiana, que iba guardando en su saco. Al llegar a Xochicalco se topo de inmediato con Mazacoatl, la enorme reptil se lo tragó.

Dentro del vientre de Mazacoatl

Tepoztecátl utilizó los aiztli y desgarró la entrañas de la horrorosa serpiente. Durante su viaje de regresó, pasó por un festejo en la que utilizaban el tambor (teponaztli) y la flauta (chirimía). El joven deseó tocar los instrumentos y al verse impedido, envió una tormenta que lanzó arena a los ojos de todos. Cuando reaccionaron los pobladores del festival, Tepoztecatl se hizo mutis con los instrumentos, se oía de lejos el sonido. Lo persiguieron y cuando lo alcanzaban, se cuenta que orinó y formó así la garganta que atraviesa Cuernavaca. Llegó a Tepoztlán y se afincó en los cerros más altos Se quedó en el cerro Ehecatápetl y como no podían llegar a él, quisieron derribarlo, cortando la base. Así se formó los “corredores del aire”

Tepoztécatl disfrutó de amplia consideración en su pueblo natal. Fue designado Señor de Tepoztlán y sacerdote del ídolo Ometochitli (Dos Conejos). Años después se fue, no se sabe si murió o se fue a otra parte. Hay quienes dicen que se fue a vivir  en la pirámide para siempre.

Otra versión

Un hombre de nombre Tepoztón, hijo de una lavandera y trabajaba en México-Tenoxhtitlan donde se convirtió en el catolicismo. No tan célebre como el anterior, se cuenta que él colocó la campana de la catedral solo con la ayuda del viento. Como pagó de su trabajo, le dan tres cajas pero le dicen que no las debe abrir, hasta que se lo digan. La curiosidad lo venció y dejó escapar muchas aves que ahí estaban. Que era el bienestar y riqueza del pueblo. Los pobladores interpretaron que los recursos de la población, incluyendo a gente que estudia y se prepara emigran del pueblo a otros lados.

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

Fuentes de información

1. lajornadamorelos.com.mx

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