La Calle de las Tres Cruces: Fue por un amor imposible

(20 oct 2022) Leyenda de Zacatecas. La casa de Don Diego de Gallinar era imponente, con sus tres pisos, junto a casas humildes  a sus lados. Don Diego era tío y tutor de su sobrina una muchacha joven y bonita, ella era Beatriz Moncada acababa de salir del colegio donde se educaba y era custodiada severamente por este familiar.

 Se comentaba, que don Diego quería casar a sus sobrina con su hijo, que en ese momento estaba en servicio con el Señor Marquez de la Laguna combatiendo a los piratas, que acechaban el puerto de Veracruz. Pero era un muchacho vicioso, bien borracho y maniroto (que tira el dinero a lo bestia). Una vez casada con su hijo Antonio, el señor Gallinar no tenía que dar cuentas con el patrimonio de la chica, ella era una rica heredera. Quien tenía como una reclusa en esa lujosa casa.

Algunas noches, al dar las doce campanadas, se oía unas notas de violín tocado por un joven, apoyado por el poste de un farol que iluminaba la calle desierta. Del violín sacaba sonidos de amor. El joven músico era indígena, educado por los religiosos del convento, ellos le habían enseñado las artes y las ciencias, su nombre era Gabriel Garcia y ella lo conoció en un concierto. Debido a buenas referencias del joven, era admitido en las reuniones de la aristocracia y Beatriz lo oyó tocar.  Y se enamoró de él. El músico estaba loco por la belleza de Beatriz aquella muchacha rubia era un amor sin esperanza. 

Todas las noches, iba Gabriel frente a la casa de su amada, y tocaba su música. Beatriz burlaba la vigilancia, y se subía al mirador encristalado para escuchar a su novio. Y una noche Don Diego se encontró en la calle con el concierto y reconoció a Gabriel. Molesto le dijo, que se largara antes de que lo apalearan los sirvientes. Gabriel contestó, que se va, pero no por miedo a los palos,  pue él no es ningún perro y sabía defenderse con la espada como un caballero. Don Diego hizo el ademán de sacar la espada, el joven le dijo, que no iba a pelear con él porque lo respetaba demasiado. El señor Gallinar le lanzó los peores insultos, -indio malnacido, indio patarrajada, aventurero y cobarde- Gabriel desenvainó su espada, se puso en guardia, el joven solo paraba los golpes, eso irritaba a don Diego, quiso dar la estocada final y se tiró al fondo y se clavo la espada de Gabriel. Este horrorizado se inclinó a socorrer al moribundo, se abrió el portón un criado que había visto todo, al ver a su amo muerto, sacó un puñal del cinto y se lo clava a Gabriel en la espalda y corre a esconderse dentro de la casa. Beatriz que estaba arriba, se oye unos gritos y el estrepitoso ruido de los cristales rotos. Se desmayó y falta de apoyo, rompía los cristales del mirador y se estrella en las piedras de la calle junto con el violín de su amado. Cuando salió la ronda, se vio la tragedia, tres cadáveres. Una mano piadosa marcó tres cruces. A partir de esa fecha esa calle se le llama Las Tres Cruces.

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

Fuentes de información

1. laverdadnoticias.com

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