(29 2017) Leyenda de Aguascalientes. La familia Santoyo era famosa por su panadería. Todos los conocían como los más tacaños del lugar, puro trabajar como hormigas y juntar dinero. No gastaban nada, ni tenían amistades para que nadie les pida prestado. De su padre heredaron el oficio y ellos eran de lo mejor. En la ciudad vivía una familia que llamaba la atención de los habitantes, no por actividades extrañas, si no el estilo de vida que llevaban, eran los Santoyo que habían heredado el oficio de panaderos y les permitía vivir bastante bien, los 4 hermanos vivían en una gran casa que la calle ahora es la Manuel Ponce.
Dionisio, Cayetana, José y Petronila, eran sus nombres, a pesar de ser adultos seguían solteros, esto intrigaba a sus vecinos, no se les conocía alguna diversión, solamente trabajaban, dedicados al pan y a la venta, siempre metidos los 4 en la panadería. Su especialidad consistía en "cemitas de fiambre" para "los 15 y sus armadas" así se decían.
Desde el amanecer se percibía "el sagrado olor del pan". Las personas hacían cola para comprar, José era el encargado de llevar a sus clientes al domicilio. En esos tiempos, se usaba los medios, reales, pesetas (eran dos reales), ellos solo recibían pesetas como pago por el pan. Ellas en su vestir refinado siempre con incrustaciones de plata y los varones camisa y pantalones de charro con botonadura de peseta de plata. Los hermanos siempre estaban juntos.
Ya poseían muchas ganancias, pero se negaban a gastar su dinero. No mal botaban su fortuna con el pretexto que juntaban para su vejez, los 4 eran los mejores panaderos de la región, se les veía en la plaza, iglesia, o sentados en el parque pero siempre juntos, si alguno de ellos enfermaba nadie salía a la calle, en su casa estaban preparados para esta eventualidad tenían comida almacenada. Ellas vestían con ropas elegantes con altas peinetas con incrustaciones de concha y plata así atendían a sus clientes y los varones igual, impecables con botonadura de plata.
Eran personas amables con todas las que se acercaban a ellos, no entablaban conversaciones tipo personal, hablaban del barrio o que bueno está el pan. No tenían amigos, ni iban a fiestas eran unos hermanos herméticos.
Pasaron los años y los Santoyo ya eran ancianos
Los rumores empezaron a correr, que a donde iba parar el dinero que habían hecho. De improvisto llegó una mujer chismosa con la intención de saber que secreto guardaban dentro de su casa, se cuenta; "que entro hasta el cuarto donde guardaban sus billetes y vio muchos objetos de plata". Cayetana se molestó con la metiche y la sacó a empujones, Petronila enseguida puso una sábana encima del dinero, que estaba en cama y apurada le puso llave a la puerta, después de esto la gente les empezó a decir "Los Plata".
Los hermanos preocupados idearon como resguardar su dinero, antes de que un mentecato entrara a robarles, decidieron enterrar todo en el jardín del patio de su casa, en la noche cavaron cerca del árbol de granada, ahí en un baúl de metal toda su fortuna, a la mañana siguiente a los 4 se les vio tomando el té en ese lugar, se convirtió en el sitio favorito de ellos.
A unos cuantos meses Cayetana falleció de pulmonía, pero antes, les suplicó a sus hermanos cuidar el dinero, les pidió no derrocharlo en cosas que no valía la pena. Los hermanos no paraban de trabajar aunque estaban de luto, hacer y vender pan.
Muy ancianos, vivían con el temor que alguien les robara su tesoro
Entonces fingieron que habían caído en la miseria, la gente si les creyó, que no eran ricos eran chismes de aquella mujer. Con el tiempo murieron José y Petronila; Dionisio olvidándose la gran preocupación de sus hermanos se fue a vivir con un párroco que era su sobrino , debido a su edad avanzada no podía estar solo en casa, él falleció de tristeza y soledad.
La leyenda cuenta; que la Casa de los Plata, el sacerdote vendió la casa y los nuevos dueños, contaban; que alrededor del árbol veían unos ancianos hablando y riendo. Alguién les dijo que seguramente había dinero enterrado, ellos no dijeron nada y se les vio que monetariamente prosperaron dejaron el barrio se fueron a vivir a otro lado. Los Santoyo crearon una gran fortuna para personas que no les costó ningún esfuerzo obtenerlo.
Autor: Elsy Alonzo
Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.
Fuentes de información
- www.clasicodmx.mx
¿Te ha gustado? ¡Comparte!
Publicaciones relacionadas