(05 2021) Mitología Egipcia. Compartía popularidad con Isis (la diosa universal) y Hathor (diosa del amor) y en un principio su nombre significaba “la del frasco con ungüento”. Se le representaba con cabeza de leona y un cetro en la mano, pero poco a poco, la leona se fue convirtiendo en una placida gata, con cuerpo humano y un sistrum (alma del difunto) en la mano en lugar del cetro.
El gato no era un animal que representara fiereza, sino relax y el descanso en el ámbito del hogar, así como la fecundidad. Era una mascota muy apreciada entre las clases humildes y también entre las que no lo eran tanto. Se les quería y respetaba, porque cazaban los ratones y mantenían las casa libres de estos molestos roedores que además, podían transmitir enfermedades. Cuando una familia del antiguo Egipto se le moría el gato, se rapaban las cejas en señal de luto, y si había posibles se les momificaba en señal de cariño y para asegurarle la vida del más allá.
Un festival en honor a los gatos
En la ciudad de Bubastit se veneraba a Bastet, se ha encontrado una necrópolis con más de 300,000 gatos momificados. El gato se asociaba a la realeza y al sacerdocio, pues abundaban los gatos en los silos sagrados donde se guardaban los cereales, especialmente el trigo, que se ofrendaba a los dioses y donde, de no haber gatos, hubieran proliferado las ratas.
A Bastet se le consideraba hija del dios Sol, como Isis y Hathor con grandes poderes protectores. El festival que se celebraba cada año en honor de la diosa gato era uno de los más concurridos de todo Egipto. Heródoto lo relató con todo lujo de detalles, pero durante años se creyó que era una fabulación del viajero e historiador griego. Hasta que los arqueólogos demostraron que existían evidencias de que lo narrado era cierto.
Tenía lugar este festival, en el centro de culto de Bastet. Se encontraba a setenta y cinco kilómetros del Cairo y la mejor manera de acceder a ella era por barco. Según cuenta Heródoto “Llegaban grandes barcazas, llenas de gente, hombres y mujeres juntos. Durante todo el trayecto, muchas mujeres no dejaban de hacer sonar sus castañuelas, mientras los hombres les acompañaban tocando las flautas. Muchos de ellos cantaban y batían las palmas, cuando pasaban cerca de una población, acercaban la barca a la orilla y mientras algunas mujeres proseguían tocando las castañuelas y cantando, otras insultaban a las mujeres de la población, se ponían a bailar o de pie sobre la barca, se subían las faldas. Al llegar a Bubastis, se hacían complicados sacrificios en honor de la diosa y se bebía más vino en los días de este festival que durante el resto del año”.
Heródoto dice que contabilizó unas setecientas mil personas, “sin contar los niños”, las que asistían al festival de Bastet que él pudo contemplar.
Autenticas catacumbas con miles de gatos momificados
“Los gatos que habían muerto”, proseguía Heródoto, “se llevaban al templo rojo de la diosa Bastet en Bubastis y allí se les ambalsamaba y enterraba en receptáculos sagrados”. Todo esto parecía fruto de la fantasía hasta que1887 el arqueólogo Edouard Neville dio con el emplazamiento del templo principal de esta diosa y descubrió que en sus cámaras subterráneas, autenticas catacumbas, dormían el sueño eterno miles y miles de gatos momificados. Pero en otros templos funerarios faraónicos se encontraron también muchos gatos convenientemente momificados y enterrados, probando así que los reyes- dioses adoraban a Bastet. Uno de los mitos referentes a Bastet, la asocian con Hathor. La diosa vaca había sido también diosa leona, y se mostró en toda su fiereza actuando contra los humanos. Bien lo sabían los antiguos egipcios que temían las actuaciones de los dioses iracundos. Convertida en Sejmet, cuando decide regresar junto a Ra, vuelve a ser la diosa plácida, oponiendo a la ira y poderío destructor de la leona, la docilidad del gato.
En una de sus facetas, como ojo de Ra, Hathor se rebeló una vez, contra el dios Sol y huyó a los desiertos de Nubia. Tho, el dios conciliador, fue a buscarla y con sorpresa, cuando la encontró vio que no era una leona fiera, sino una hermosa gata. Intentó convencerla para que volviese a su lugar, contándole historias del Egipto que había dejado atrás para despertar su añoranza, pero consiguió el efecto contrario. Se enfureció la diosa y de nuevo adoptó la figura de la leona Sejmet. Pero Tho no se dio por vencido e insistió hasta que decidió la diosa regresar junto con el dios, a su patria, donde le esperaban sus fieles para bendecirla y aclamarla.
Pero los peligros estaban al acecho y el viaje de vuelta no fue fácil. Casi estaban ya a punto de alcanzar Egipto, cuando cansada, Hathor se durmió. Apofis, la serpiente del caos se lanzó sobre ella. Thot lo vió y corrió a despertarla, pues estaba a punto de perecer. Vencida la serpiente, ambos entraron en Heliópolis donde, por fin, el ojo de Ra se reunió con el dios.
Párrafos del Texto, MITOLOGÍA EGIPCIA. ALBA LIBROS, S.L.c/Albansaz, 67,1º, ofi.26. 28037 Madrid.
Autor: Elsy Alonzo
Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.
Fuentes de información
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