Fieles difuntos (gran fiesta en casa)
Tradición de Yucatán. A veces las fechas de los Fieles Difuntos se prolongan por ocho días en algunas comunidades de Yucatán, es el Bixx, la despedida a las ánimas. Panaderos, comerciantes, alfareros, carniceros y agricultores
Los muertos que regresan a visitarte
Un grupo de personas se encontraba tranquila y feliz, de momento sufrieron un golpe emocional muy fuerte, la muerte de un integrante importante, el jefe de la familia, el padre. Pasaron las semanas los hijos y la madre continuaron con su
El niño que fue dirigido por un difunto
Leyenda de Escuinapa Sinaloa. Un difunto que se les presenta a las personas que van solos al monte y habla con ellos que siempre lo ven agarrando una cruz de madera vieja. Se dice que en los antiguos senderos que se encuentran los montes
La Laguna de los Muertos: Leyenda
Leyenda de Villahermosa Tabasco. Era una laguna con el tiempo se secó, habían dos o tres casas primero, después hicieron más viviendas al construirlas descubrieron muchos cadáveres todavía con ropas y pelo. Los vecinos cuentan que
Los gitanos en Mérida y La novia, era visitada en casa
Leyenda de Mérida. Hace muchos años, llegaban a la ciudad Los Húngaros o gitanos, y en las casas era una forma de asustar a los niños, “no salgas porque te roban y nunca vas a volver a casa”. Esa fama tenían. En los 60 era común
Los escarabajos sagrados: Jepri una figura humana con cabeza de escarabajo
Mitología egipcia. La naturaleza solía servir de inspiración a los egipcios para sus mitos y creencias religiosas y en el caso del escarabajo pelotero veían la encarnación de “Jepri”, el Sol del amanecer. Esta encarnación debía
El Boquerón: Quedó viuda por una sirena
Leyenda de Perú. Es una leyenda urbana más típica de la región de Huacho, situado al Norte de Lima Perú. El Boquerón es una apretada brecha mezclada de tierra y rocas ubicada en el puerto. Muchos lo llamán "El huquerón de la
Ahorcaron a un difunto: Leyenda Colonial
Leyenda de México. El 7 de Marzo de 1647 los vecinos de la Nueva España que transitaban por las calles delante de las Casas Arzobispales, como a las nueve horas de la mañana, veían admirados un evento muy frecuente en aquella época.