La esquina del Loro de la ciudad de Mérida
Leyenda de Mérida Yucatán. Eran dos plumíferos cerca de la ventana, un loro parlante y un gallo, impuestos a un celibato por sus dueñas, parece que una noche el gallo incomprendido le dio un picotazo en el ojo y lo dejo “chop” al
El fantasma del Matadero y el Convento de Monjas
Leyenda de Mérida. La esquina del matadero viejo y El fantasma del Convento de Monjas de Mérida. Calle 66 x 67, las esquinas desde la época Colonial se les daba el nombre por algún evento que haya pasado o solo por un objeto. Esta
La esquina del Niño Aparecido de Mérida
Leyenda de Mérida Yucatán. En una calle que tomaba el camino a Caucel (ahora 49 x 68) había una casa con estructura más grande que las otras, que eran de paja o de barro, como decían, esta casa era de “mampostería y teja” en su
La esquina de Los Dos Camellos de Mérida
Leyenda de Mérida, Yucatán. Eran unos comerciantes que necesitaban bestias para llevar su mercadería a la venta, y los burros no aguantaban se morían. Tuvieron la idea de traer animales que aguanten el clima de Yucatán. Camellos. En
La esquina del Degollado de Mérida
Leyenda de Mérida Yucatán. En el ángulo formado de Tecoh y el camino a Campeche. Ahora es la calle 60 x 67 centro. A las esquinas de Mérida se les nombraba por algo físico o hecho a una historia. Cuenta la leyenda, que don Lucas
La esquina de La Veleta de Mérida
Leyenda de Mérida. En la época de la Colonia había la costumbre de nombrar las esquinas por algo físico o por un evento fuerte a una historia. En esta casa vivía Hipólita una jovencita hermosa y le decían de cariño “Lita”, ella
La esquina del Monifato fue en honor al Rey Fernando VII
Leyenda de Mérida Yucatán. La estatua proviene en tiempos de la Colonia, los españoles que vivían en Yucatán ordenaron el trabajo, en honor al Rey Fernando VII alias “El Deseado o el Rey Felón”. El monarca era de la dinastía
La esquina de "El Zopilote" de Mérida
Leyenda de Mérida Yucatán. Es una antigua historia de miedo, se cuenta que un ex marino español llegó a Mérida con una exótica ave de rapiña. Cuendo él convivió con caníbales en Nueva Guinea le regalaron un polluelo de condor en