(07 2016) Leyenda de Zacatecas.- Por la ambición de dos jóvenes amigos, abandonaron sus trabajos para aventurarse en buscar la mina que les diera riqueza. Misael Galván vivía en Zacatecas tenía buen sueldo como empleado de una tienda, que vendía todo proveer para las minas. El comercio a su cargo, vendía, sogas, pólvora, cubos para elevar el mineral, picos etc. Misael junto con su amigo Gildardo Higinio tenían pretensiones de mineros, ya convencidos gastaron sus ahorros en herramientas.
En búsqueda de un yacimiento
Los fines de semana los dos caminaban por las montañas, investigaron el poniente la cordillera que divide Vetagrande de la capital zacatecana. Con mucho ímpetu recorrieron hacía Vetagrande, antes que lleguen al Cerro del Magistral voltearon al oriente, ahí su búsqueda comenzó todo el día, examinaron los montes al atardecer regresaban al campamento a dormir. En una empinada de loma se toparon con una cueva extraña, con precaución entraron a la caverna después de andar un poco, ante sus ojos vieron algo fantástico, estaba incrustada en el peñasco se veía una “roca grande brillante”, lanzaron gritos de alegría y se dedicaron a escarbar el contorno de la piedra para sacarla, gritaban ¡es oro, es oro, es oro!. Tardo para desprenderse la piedra y con mucho trabajo por el terreno empinado, el peso de la carga, lograron su cometido llevarla hasta el arroyo que baja a Vetagrande quedaron extasiados viendo su flamante tesoro.
Comenzaron a desconfiar de que alguien los había visto bajar la piedra de oro pero se tranquilizaron, no podían dormir a pesar del cansancio, imaginaban el resto de sus vidas con mucho dinero, recordaban la piedra y la examinaban por si había alguna amenaza para ellos o la piedra. Con recelos ya se empezaron a ver los dos amigos, sin saber que estaba pensando el compañero.
Algo sucedió durante el resto de la noche
Un pastor descubrió los cuerpos de los amigos uno presentaba fractura craneal producida por una caída directa de una piedra de arsénico y azufre, fueron sepultados, la muerte de ellos fue un misterio, quizá por el supuesto oro encontrado.
La piedra fue olvidada, poca atención le dieron quienes conocían de metales. Por coincidencia unos jóvenes acamparon junto a la piedra, alguien recordó la tragedia, uno de ellos frotaba su cuchillo en el borde para sacarle filo con movimientos lentos, el joven se transformó era alegre se obsesionó contemplando los brillos del filo del cuchillo, reaccionó cuando sus amigos le hablaron, volteo y le contestó con una cuchillada, los otros agarraron al agresor que se aferraba a la navaja. Más tarde el muchacho no recordaba nada, a partir de eso la piedra del arroyo adquirió fama de propiciar el asesinato.
Las personas se dieron cuenta, que después de afilar su hoja de metal en la piedra del arroyo de Vetagrande; después se iban a un baile, reunión con familia seguro se provocaba un pleito, saliendo a relucir el metal, lesionando al otro “aun siendo amigos” se dieron cuenta que abundaron los heridos y muertos. Se dieron cuenta, que cuando aumentaba los hechos de sangre la piedra iba cambiando de color a negra.
Otro hecho, en que se confirmó que la piedra tenía un maleficio. El pleito de Andrés Mendívil y Lorenzo Rafael, este era un fanfarrón derrochaba dinero en parrandas y mujerzuelas, al contrario de Andrés era tranquilo disfrutaba sentarse en un parque a tocar su guitarra, enamorado de María Paloma de Avila la muchacha más linda del rumbo
Andrés decidió confesarle su amor a Paloma en el camino a la Bufa ahí había una iglesia, él le declara su amor en el camino a la casa de ella Paloma le dijo; “ si, todo está bien, adios”.
La familia de Paloma aprobó el noviazgo pasó un tiempo le propuso matrimonio, Andrés disfrutaba los encuentros recatados con su amor.
Una tarde el fanfarrón de Lorenzo vio a Paloma, intentó hablar con ella, los amigos de él se dieron cuenta del rechazo de ella y lo retaron a seducir a la muchacha, Lorenzo aceptó, en ese momento empezó a fastidiar a Paloma acosándola, quince días faltaba para su boda, Lorenzo insistía en su conquista y más era rechazado. Faltaban quince días para la boda, un amigo de Andrés le conto del acoso de su novia por Lorenzo, le pidió su cuchillo a su amigo prestado el otro le dijo; que tuviera cuidado porque lo acababa de afilar a la salida de la mina en la piedra del arroyo de Vetagrande.
Con el contacto del arma el sintió un furor asesino, fue directo a ver a Lorenzo a su domicilio, el vecino previno a Lorenzo que Andrés estaba ahí presente, Lorenzo atacó a Andrés y este con movimientos asombrosos y agilidad insospechada con una fiereza inaudita le da una cuchillada certera ante de darle otra, grita Paloma y se interpone entre los dos abraza a su amado y lo incita que se calme y suelte el arma, después no recordaba nada.
La piedra negra lista para seguir afilando armas mortales
Un grupo de vecinos llevaron la piedra a la cueva cuando vieron que no regresaban fueron por ellos, los encontraron muertos. Las autoridades de gobierno, sociedad civil y eclesiástica hicieron frente a los hechos sangrientos, se reunieron y decidieron entre el gobernador del estado y el tercer obispo de la Diócesis de Zacatecas, Fray Buenaventura del Corazón de María, Portilla y Tejada, cada quien según sus medios remediar la situación.
En el año 1888- 15 de Abril, el obispo con su consejero Fray Félix Palomino y 4 diaconos salieron de noche rumbo al arroyo Vetagrande. Después de un tiempo las personas se preguntaban ¿cómo desaparecer la piedra negra?. Muchas noches no durmieron por discernir pidiendo una iluminación divina por ese objeto del diablo, le aplicaron pruebas exorcizales y un estudio de los detalles teólogicos, decidieron el lugar de la piedra.
Tiempo después, la gente descubrió la piedra negra, en un lugar sagrado el sitio escogido por el obispo. Fue en lo más alto de la pared, posterior de la catedral empotrada abajo del campanario, es el único bloque negro que tiene la catedral.
Se cuenta, que han visto cuando llueve de esa piedra sale espectrales brillos de color azul eso provoca temor a los testigos de ese fenómeno. Todo el que visite la Catedral puede ver facilmente la piedra que muchas desgracias produjera a los mineros de Vetagrande.
Autor: Elsy Alonzo
Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.
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