La Cegua un espectro con cabeza de caballo

(01 2018) Leyenda de Costa Rica. Un ser espectral que se materializa de noche en caminos solos y pide ayuda para que la lleven al pueblo cercano. También se le conoce como Segua o Tzegua. Este esperpento se asoma a los libertinos, como una mujer sumamente bella y sensual, luego se transforma en una bestia, con cabeza de caballo.

La Cegua es un monstruo nocturno, que anda de tras los hombres falderos. Se cuenta, que es una joven muy linda, con labios rojos, con una voz preciosa que arrulla como el canto de sirena y hermoso cuerpo con curvas, esbelto y tentador. Vestida de negro o blanco a veces el vestido es vaporoso de color rosa y lujosa ropa de época.

Puede llevar velo. Ella convence al hombre para que la suba al caballo con él. Él al voltear a verla para ver el rostro de la muchacha, se encuentra que subió con él a un espectro, tenía la cabeza de caballo, cubierta con carne podrida, un hocico cavernoso lleno de grandes dientes chuecos y un aliento putrefacto.

Esta bestia se agarra bien del jinete, por que el caballo corre a galope salvaje. Se dice, que al montar la mujer enseguida sabe, que ellos tiene malas intenciones, por eso mueren, cuando los encuentran, están con los ojos saltados, los que sobreviven quedan inútiles. También se cuenta, que no solo se presenta como mujer, sino como niño que llora, el que se acerca para ayudarlo y lo sube al caballo se da la transformación.

Origen de la leyenda

Era una mujer muy bella de la ciudad de Cartago, que no respetaba a sus padres, era grosera y orgullosa los humillaba con frecuencia, era infeliz por la pobreza en que vivía. Esta muchacha fue invitada por un joven español muy rico para ir a un baile, su madre se opuso por que sabía que ese joven era un mujeriego y poco formal con las chicas. Como la mamá le dijo que no; ella estalló en ira e insultaba y hablaba mal de su vivienda, la madre lloraba en silencio, pero la joven la seguía insultando, ofendiendo era tal su ira, que llegó el momento en que levantó la mano para querer abofetear a su mamá, que de la nada salió una mano negra, uñas largas y agarró la mano de la hija desgraciada, lanzando una maldición; “Te maldigo, mala mujer por ofender y tratar de golpear a quien te dio la vida, desde hoy, los hombres a ti se acercarán, pero por tu espantoso rostro de ti correrán”.

Yyy ya.

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

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