(08 2011) Leyenda de Querétaro. Se cuenta que este personaje atemorizó a los habitantes de un pueblo llamado Bernal. Una mañana don Esteban se encontraba en un corral contando sus vacas que recién había comprado, cuando llegó su caporal y tres arrieros que llegaron a medianoche con ganado; estaban muy asustados por que al llegar al cruce de un camino, les salió de la nada un jinete.
Que al pasar donde ellos estaban, sus caballos empezaron a relinchar y se pusieron muy nerviosos, un viento gélido que casi los congela los agarró desprevenidos, lo más extraño era que al charro no le veían las manos ni la cara a pesar que la noche era clara, su caballo más que caminar flotaba y de pronto a unos cuantos pasos de ellos se les perdió de vista, se esfumó.
Don Esteban – yo no creo en aparecidos, dos de sus arrieros le dejaron el trabajo. En otra ocasión el Tarantín hasta dejó la borrachera, aseguraba que una noche se le apareció un muerto montado a caballo.
Un muerto montado a caballo
Cuenta; que se quedó dormido afuera del camposanto era muy noche y lo despertó el paso fuerte de una cabalgadura que resoplaba muy fuerte; el Tarantín pensó que era su compadre se levantó a pedirle para un trago cuando estiró la mano vió que al jinete sin cara, ni manos que se les vieran; se paró de dos patas el caballo se fue echando chispas con sus cascos.
Pasaron los días la gente platicaba de la aparición fantasmal del Charro Negro, los pobladores fueron a ver al sacerdote y lo convencieron que era el único que podía enfrentarse al fantasma y dijo, deseo la tranquilidad de todos, con la bendición de dios resolveré el problema.
El sacerdote y el sacristán prepararon agua bendita, una vela y un crucifijo. Cura y sacristán, llegada la noche bien cenados y abrigados salieron casi a las once y media de la noche caminando se dirigieron al panteón, llegaron y esperaron con paciencia al jinete de la noche, mientras rezaban un rosario pasó el tiempo, de repente un fuerte viento helado comenzó a soplar fuertemente, al voltear el cura vió a un hombre vestido de charro montado en un caballo prieto.
Que se acercaba a ellos sin hacer ruido, no se escuchaban los cascos ni los resoplidos, a corta distancia; se baja el jinete, el cura invocando el nombre de Dios Todopoderoso pidió al hombre o lo que fuera que no continuara acercándose a ellos y que les dijera si era de esta vida o del otro mundo.
El Charro hizo alto pero reinició su recorrido hacia el cura
El cura y el sacristán temblando de miedo retrocedió unos pasos dejando solo al sacerdote, el jinete agarró la rienda .de su caballo caminó arrastrando los pies lentamente se acercó al cura ( mientras rezaba un padre nuestro y se encomendaba a Dios) se arrodilló ante él, se quitó el sombrero con la mano que con la luz de la luna se veía descarnada, no se le veían los ojos y le escucho decir con voz hueca, --"cometí muchos pecados que me impiden el descanso eterno, agradezco su presencia y me arrepiento de mis pecados le ruego confesión para el descanso de mi alma"-.- El sacerdote dio el sacramento de la confesión bendijo al charro éste se levantó agradeciendo al religioso se puso el sombrero, montó su caballo e inició su marcha desvaneciéndose en pocos segundos.
Después de muchos años se dice que otra vez se ve el Charro Negro.
Otra versión
El Charro negro por su avaricia quedó como espectro
El charro negro es un jinete que cabalga por las zonas rurales, en busca de alguien que tome su lugar en el purgatorio. Se dice que es un espectro que fue un hombre demasiado ambicioso y fue castigado a sufrir los tormentos de infierno y ser el cobrador de las deudas pendientes que tienen con el demonio.
Cuando el sol se mete, las casas son atrancadas y los viajeron alijeran el paso rezando para no toparse con el Charro negro.
Se trata de un ente que recibe ese nombre por la ropa negra que lleva, siempre aparece muy elegante e impecable indumentaria de Charro color negro con adornos de plata y oro. Se le ve en su caballo cuyos ojos son dos bolas de fuego que parecen incitar en el alma de las víctimas. Los citadinos tienen suerte, solo acecha en las alejanías de los poblados. Se les presenta a los que viajan solos en el camino. Se cuenta que los solitarios son presa fáciles, por el miedo que sienten porque los anima a tomar malas decisiones.
En el mundo de los vivos fue un hombre con mucha avaricia y traicionado por su ambición. El charro era de una familia pobre que sus padres, no podían cumplir sus deseos, al charro le gustaba siempre estár con buena ropa sin embargo no comía con tal de tener dinero. Así se ahorraba para comprar un sombrero caro. Se cansó de la pobreza, por más que chambeaba nunca le alcanzaba y siempre andaba con las manos sucias por el trabajo. Fallecieron sus padres, al quedar solo aumento su pobreza y tomó la decisión de invocar al demonio para que lo quitara de pobre. Lucifer aceptó. De inmediato le ofreció mucho dinero que ni siquiera en dos vidas lo iba a gastar. “Luci” solo pidió su alma y el otro aceptó rápido.
Desde ese entonces, el Charro se creía mucho, antipático y despota, pasó el tiempo los años y empezó a envejecer. Ya se había fastidiado de gastar el dinero el viejas, ropa nueva y gastar a lo loco, se dio cuenta que nadie lo quería solo andaban con el para ayudarlo a gastar el dinero. Se sentía solo, pues no tenía a nadie que lo quiera de verdad. El Charro se olvidó de aquel pacto con el demonio, pues ya había pasado muchos años de eso.
Fue a recordar la deuda
El demonio, se presentó a recordar la deuda. El charro se asustó, que empezó a guardarse del diablo. Por cobarde le dijo a sus trabajadores que pongan cruces por toda su propiedad además alrededor de la casa de la hacienda mandó hacer enseguida una capilla. La deuda no lo dejaba dormir pues pocos meses le quedaban de vida. Así que de miedo, agarró el mejor caballo de su propiedad, una bolsa de monedas de oro y huyó durante la noche, para escapar del demonio.
Satanas, se dio cuenta que no era de fiar, y se apareció frente al jinete pero esta vez para llevarselo. Le dijo el diablo, -te iba a llevar cuando murieras pero veo que te escondes de mí, y te quieres escapar, así que te vas conmigo ahora-. El caballo se encabritó al ver al diablo quería patear al demonio, el cuerpo del jinete desaparecía se quedó sin carne. Solo quedó la ropa elegante encima de puros huesos. El diablo le dijo- veo que tu animal, te es fiel, por eso es maldito como tú, así que los dos se van al infierno. Quiero que hagas algo por mí, cobrar a mis deudores. Si haces bien tu trabajo veremos, ofrece esa bolsa de oro que traes y el que lo acepte tomará tu lugar-.
El Charro fue condenado a sufrir tormentos fuertes en el infierno solo va a salir a cobrar las deudas pendientes del diablo. Esperando que alguna noche se tope con alguien, traicionado por su avaricia, tome su lugar. Solo así el Charro Negro y su corcel podran descansar en paz.
Autor: Elsy Alonzo
Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.
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