El Cementerio General y su alma en pena
Mérida Yucatán. Fue construido en la Hacienda ganadera San Antonio X-Coholté, en el Camino Real a San Francisco de Campeche en el año 1821. Tiene dos caminos la av. De los sindicatos y la av. De los mausoleos. Se encuentra muchas
La viudita: Una hermosa alma en pena
Leyenda de Argentina. Se cuenta que es el alma en pena, de una señora que fue traicionada y violentada por un hombre desgraciado, ese espectro de mujer anda por los caminos del monte, se cuenta que busca venganza de quien la maltrató.
El lagarto de oro: es un alma en pena
Leyenda de Nicaragua. Existe unas grutas cerca de una laguna que vive un lagarto de oro que cuando pasa algún animal cerca de su guarida los persigue, los que han intentado entrar a esa cueva escuchan ruidos muy extraños y salen
El Silvón un alma en pena
Leyenda de Venezuela. Es un espíritu del folclor de Venezuela. Un ente que anda por los llanos cargando en un costal los huesos de su padre y dando chiflidos tétricos. Que es un gigante como de seis metros, avanza entre las copas de los
Leyenda la bola de fuego un alma en pena
Leyenda de Colombia. Se cuenta que es el espíritu de una mujer que se transforma en una bola de fuego, cuando las personas ven el fuego piensan que es una fogata, al acercarse la bola de fuego baila cubriendo a la persona y esta
El Tesoro del Padre García. Un gran jarrón con monedas de oro
Leyenda de Lampazos, Nuevo León. Se llenó de enigmas desde el año 1900. Se dice que desde esa fecha suceden muchas manifestaciones sobrenaturales, ven sombras humanoides que seguían a los trasnochadores que regresaban tarde a su
La Mina El Edén y el Tesoro del Cerro de Xoconostle
Leyenda de Zacatecas. Después de la fundación de la ciudad, se fundo la “Mina del Edén” que producía oro y plata fue en los Siglos XVII y XVIII. Cuenta la leyenda, de un minero llamado Roque que descubrió una pepita de oro muy
La mesa maldita de la iglesia Parinacota
Leyenda de Chile. La muerte paseó incontable veces por las calles de Parinacota. Un aire helado enfriaba los muros del pueblo. No había nada que hacer. Aquella mesa endemoniada se arrastraba por las noches aterrorizando a los lugareños