El cementerio de Mondariz y la Santa Compaña

(02 2019) Este Panteón abandonado, está escondido en medio de un bosque que a las personas que viven en esa región, ni de chiste van y menos de noche. Se cuentan cosas de terror de ver y escuchar. Mondariz es municipio de Pontevedra, Galicia, España. La Santa Compaña es una procesión de almas o aparecidos que a partir de las doce de la noche, pasan por parroquias y calles para advertir que en breve va a ver una defunción.

Ahí va la historia de unos jóvenes

Unos jóvenes, que la mayoría eran adolecentes llegaron al lugar, Mondariz, se instalaron en su hotel y salieron a recorrer sus alrededores. Llegó la noche y algunos querían seguir el paseo pues ya habían escuchado los cuentos de terror y no lo creían, insistieron y salieron todos a caminar por el bosque, todos con linterna. Después de un km. y en la oscuridad se perdieron, seguían caminando hasta que llegaron a un cementerio, el lugar rodeado de rejas negras con una puerta principal, empujaron y entraron, vieron lápidas y tumbas semiabiertas se veía abandonado, recorrieron el panteón y después, ya, se salieron, a unos metros de la puerta, todos extrañados vieron pasar cerca a un hombre corriendo y les gritó; “escóndanse, sino van a morir” el tipo siguió corriendo y se internó al bosque, los muchachos, algunos se rieron y otros pensaron, “que loco”. 

La Santa Compaña

A unos minutos, empezaron a escuchar murmullos y un resplandor, cada vez se oía más cerca y el resplandor más grande y como que se acercaban personas, se asustaron y entraron corriendo al cementerio otra vez y se guardaron, solo escucharon que un gran grupo de personas pasaron y se alejaron, pero sintieron un olor fuerte a quemado, cuando ya no escucharon nada, salieron de su escondite todos y se dirigieron por el mismo camino que aquel señor que pasó corriendo. Eran las 4 de la madrugada cuando salieron del bosque llegaron al hotel, había un señor en el mostrador, que los regañó, que porque salieron de noche, los empezó a cuestionar, ellos le contaron el miedo que sintieron en el bosque, el señor les dijo; están vivos de milagro porque no los vieron.

La leyenda cuenta; que en las tierras del norte de España por las noches pasea por el bosque la Santa Compaña (con ella encuentras la muerte) si te ve, te entrega un hueso encendido y te invita a seguirlos a unirte al grupo, aunque tu no quieras ir, tu cuerpo camina con ellos y vas a vagar toda la eternidad. El secreto es no verlos y no permitir que ellos te vean, si te ven ya valiste.

Ese cementerio son de victimas de la Santa Compaña, son los fallecidos en el bosque, que se supone que estaban perfectos de salud. Se cuenta, que esos muertos de allí están malditos y por eso está tan escondido del pueblo, Y preguntó un joven, los muchos pasos que escuchamos corriendo ¿Qué eran? Que eran almas huyendo de la Santa Compaña.

La Santa Compaña. Es una comitiva de almas en pena, con túnicas y capuchas negras que vagan por la noche.

Hay una descripción clásica de la Compaña por Xesús Rodríguez López.

La Compaña es la reunión de almas del purgatorio para un fin determinado. A las doce de la noche se levantan los difuntos, salen en procesión por la puerta principal, una persona viva va delante con la cruz y el caldero de agua bendita y no puede, bajo ningún pretexto volver la cabeza. Cada difunto lleva una luz que no se ve pero se percibe claramente el olor de cera que arde. La comitiva tampoco se ve pero se percibe el airecillo que produce su paso. El desgraciado director solo puede dispensarse de tan tétrico cometido, encontrando otra persona y le entregue la cruz y el caldero antes de que hagan un círculo en la tierra con lo cual queda libre de dirigir la Compaña”. Xesús Rodríguez López, Supersticiones de Galicia 1895.

Yyy ya.

Autor: Elsy Alonzo

Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.

Fuentes de información

  1. misteriosleyendasdegaliciayasturias.wordpress.com

¿Te ha gustado? ¡Comparte!

Publicaciones relacionadas

La Santa de Cabora. La Niña de Cabora es Teresa Urrea

Leyenda de Sinaloa. Una figura que tuvo mucha influencia en personas hasta que se convirtió en una leyenda, ella es Teresa Urrea. Su vida y muerte es una enseñanza en el ámbito religiosos y político que varios estados la recuerdan como

El día de la Santa Cruz, cambio de rituales

Tradición de México. Los albañiles acostumbran a poner una cruz con la madera de la obra con el fin de pedir protección contra accidentes o caídas durante el trabajo. Tiene su antecedente en los cultos de las culturas precolombinas.

Tierra de Brujos: Cementerio de almas

Leyenda, Juventino Rosas Gto. México. Lugar sagrado de los chamanes o hechiceros para hacer cultos y enterrar sus trabajos para la buena o mala suerte. Tierra de muertos así se le nombra este lugar, es un cementerio de almas, pero no es

Promesas del Más Allá. El Sansón Ibérico

Leyenda de Nuevo León. Por los años 1905 Monterrey era una ciudad muy tranquila, por la calle de Comercio hoy llamada Morelos, había sitio de coches jalados por caballos. Uno de los cocheros Don Goyo era un hombre amable, atento y

La bruja que encerró espíritus de infantes en su árbol

Leyenda de Aculco, Estado de México. Se cuenta, que por venganza, una hechicera encerró las almas de unos niños. Se deshizo de ellos y su energía los encerró en su árbol. Las señoras se burlaban de ella porque no tenía hijos y

El ahorcado del panteón de Hocabá

Leyenda de Yucatán. Los pobladores, aseguran a ver visto a un hombre colgado en un árbol que está dentro del panteón, enseguida lo reportan a las autoridades, cuando llegan no hay nadie. Se dice, que los ahorcados están condenados a

La Tumba, encadenada para que los restos no salieran

Leyenda de Sinaloa. Los enterraron en la misma caja y los sepultaron. Pero al día siguiente aparecían los cuerpos tirados en la calle, lejos del panteón, alguien sacaba los restos para que no descansaran en paz. Era el año 1890, en

La Silla del Cementerio y El Gua gua Auca

Leyenda de Ecuador. Los guardias del panteón, fueron testigos de las visitas del enamorado. Decidieron colocar su silla en su tumba. El idilio de amor que tuvieron Josef y Elizabeth fue verdadero. Dos extranjeros y su repentino