El cementerio maldito de Bachelors Grove
Leyenda de Chicago, EU. Es un dejado y chico panteón en el área urbana de Chicago. Es famoso por sus avistamientos fantasmales y leyendas encantadas. Se cuenta, que solo se enterraban hombres. Han visto un caballo emerger de la tierra
Una noche en el cementerio: El profanador de tumbas
Leyenda de México. Era el Siglo XVIII, que ahora forman las esquinas las calles de Santa María y Pedro Moreno. En ese lugar estaba la cantina de "El ciervo de oro", famosa por ser lugar de delincuentes. Ningún alguacil se atrevió a
El sombrerón: la muerte en espectro
Leyenda de Tuxtla Gutiérrez, Chiapas. Que muy en la madrugada pasaba una carreta jalada por dos caballos, dirigida por un hombre joven que siempre tiene puesto un gran sombrero de paja; se decía que cuando él pasaba, alguna muchacha
Leyenda, el ladrón del cementerio
Leyenda de Mexico. Hace muchos años en la época de la colonia había una anciana de alta estirpe descendiente de uno de los conquistadores. Esta señora vivía sola en una vieja casona que parecía que se iba a caer de un momento a otro.
Promesas del Más Allá. El Sansón Ibérico
Leyenda de Nuevo León. Por los años 1905 Monterrey era una ciudad muy tranquila, por la calle de Comercio hoy llamada Morelos, había sitio de coches jalados por caballos. Uno de los cocheros Don Goyo era un hombre amable, atento y
La Santa de Cabora. La Niña de Cabora es Teresa Urrea
Leyenda de Sinaloa. Una figura que tuvo mucha influencia en personas hasta que se convirtió en una leyenda, ella es Teresa Urrea. Su vida y muerte es una enseñanza en el ámbito religiosos y político que varios estados la recuerdan como
El ahorcado del panteón de Hocabá
Leyenda de Yucatán. Los pobladores, aseguran a ver visto a un hombre colgado en un árbol que está dentro del panteón, enseguida lo reportan a las autoridades, cuando llegan no hay nadie. Se dice, que los ahorcados están condenados a
Agustina La Llorona es un espectro de terror
Leyenda de Zacatecas. Cuando llega la tarde-noche todo el vecindario que está cerca del Cerro de Proaño, aligeran por llegar a sus casas. Nadie quería estar en las calles de Fresnillo al caer la noche, pero al mismo tiempo pocos se