(24 2016) Leyenda de Aguascalientes. Jardín de San Marcos. Un hombre avariento fue a prisión por un pleito con sus amigos. Tenía una fortuna enterrada en el jardín, preocupado le pidió a la virgen que si salía rápido le daba parte de su fortuna a los pobres y a la iglesia. No lo cumplió. Se murió de momento. Se cuenta, que el fantasma sale al amanecer y camina por el lado norte , llega al templo, reza unos minutos y desaparece. Nadie se atreve atravesar el jardín a altas horas de la noche. Este mito se ha transmitido de padres a hijos. Solo se cruza de noche cuando está la feria.
Don Felipe llegó a la ciudad a probar y le fue muy bien en el negocio e abarrotes se hizo de mucho dinero después empezó a comprar oro, se empezó a preocupar que en donde iba a guardar su fortuna era un hombre muy desconfiado. El negocio seguía prosperando era un hombre muy trabajador. Decidió guardar su fortuna en un baúl y lo enterró, así se sintió tranquilo que su dinero y joyas estaban seguras.
Corría el año 1851 llegaron muchas personas de la ciudad de Guadalajara convidados por Mariano Camino, iniciador de la Exposición de Industria, Agricultura, Artes y Minería que se hacía en las Fiestas de San Marcos. Llegó a probar fortuna don Felipe Rey Gonzáles, familiar de unos de los primeros colonos que llegaron a probar fortuna Don Luis Gonzáles.
Don Felipe se estableció en ese lugar puso una tiendita, como le fue muy bien durante la feria, empezó a vender abarrotes y decidió quedarse una temporada.
El negocio prosperó
Al principio, el negocio le fue difícil poco a poco lo conocieron juntó ocho mil pesos más cuarenta mil con ese dinero dijo aquí me quedo a vivir en Aguascalientes, junto al jardín de lado norte ahí hizo su casa y ahí vivieron todos sus descendientes.
El señor González temía que alguien le robara su dinero que ya era más, empezó a comprar joyas de oro macizo se imaginaba que su casa no era segura, ya que todos sabían que era rico, ya no dormía por la preocupación, se decía;¿ dónde voy a guardar mi fortuna?
Ni a su esposa se lo dijo, por si las dudas iba de chismosa con alguien pensó, ¡en el Jardín de San Marcos! Ahí nadie pensaría que habría un tesoro, pues en la media noche junto a un fresno en el bosque de rosales, norte y oriente del Jardín don Felipe enterró una caja de metal y madera llena de su oro y joyas.
Muy pendiente de su baúl con oro enterrado
Pasaba frente a su caja enterrada, invitaba a sus amigos a tomar fresco en el jardín, el sentado en el barandal frente donde estaba el “entierro” ahí ya era costumbre juntarse con sus conocidos para jugar las apuestas, hasta que un día uno de ellos hizo trampa empezaron los insultos y después los balazos uno murió y fueron dos heridos de bala.
Don Felipe palideció, llegó la policía y lo llevaron preso para que aclarara el pleito, estuvo en prisión un tiempo, estaba muy preocupado por su fortuna enterrada en el Jardín de San Marcos nadie lo sabía, eso lo enfermó moralmente que sentía que se estaba muriendo y se encomendó a la Virgen del Pueblo.
Le prometió parte de su fortuna a la Virgen
Le ofreció parte del oro a la Virgen, misas con tres padres, orquestas y voladores si salía de la cárcel y siguiera con su vida normal, ya que él no tenía la culpa de nada del pleito de sus amigos. Al poco tiempo Gonzáles salía por falta de méritos, hasta se pellizcaba para saber que no estaba soñando, al ver en la puerta de la salida del reclusorio a su familia y amigos se puso a llorar.
En el camino pidió bajarse en el Jardín de San Marcos, camino hacia el rosal consentido donde estaba su caja enterrada, al llegar a su casa le esperaba una fiesta con sus amigos, vino la tranquilidad y alegría de vivir . Decía que se sentía bien al caminar en el Jardín y sentarse en el barandal a oír el trino de los pájaros.
El señor Gonzáles se enfermó, ya casi no se levantaba lo único que le daba energía era ir al Jardín quería que lo llevaran mañana y tarde. Hasta que ya no podía andar, perdió el habla, antes de morir quiso decirle algo a su esposa pero ya no pudo, solo señalaba el Jardín, nadie lo entendió.
El ofrecimiento a la Virgen no lo cumplió. Por eso se murió, por canalla y con ese remordimiento se fue a la tumba. Después de su fallecimiento sus vecinos aseguraban que lo veían en el Jardín de San Marcos desde entonces es el “Fantasma del Jardín”, no se sabe si sigue enterrada la caja o si alguien la encontró.
Hasta ahora muchas personas no atraviesan el Jardín en la noche
Autor: Elsy Alonzo
Aficionada a la lectura y escritura en especial a temas de leyendas.
Fuentes de información
- viamexico.mx
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